Prueba Del BMW X5 X5 M

Tras probar el BMW X5 M Competition 2020, tengo que admitir que estoy alucinado con el empuje de este SUV de BMW. Desde luego, con modelos así puedo entender que los grandes SUV con motores de este tipo sigan siendo populares entre quienes se los puedan permitir. Y es que más allá de tendencias hacia los motores electrificados, la versión M del X5 tiene su público. 

Es más: según nos contaron en BMW España, las versiones Competition se llevan un buen puñado de ventas. Total: ya que te metes en semejante cantidad de dinero, un pequeño puñado más, insalvable para muchos, no supone mucho esfuerzo. 

Pero volvamos a la carretera. Este SUV deportivo me emociona por su estética tan poderosa. Como es la versión Competition cuenta con detalles en negro que le sientan de maravilla a la carrocería Azul Marina Bay, espejos de carbono, llantas de 21 pulgadas delante ¡y 22 detrás! Pero no nos engañemos: vista la potencia y rendimiento de la versión anterior, 575 CV, te hace pensar si era necesario. Y es que ahora X5 M 2020 normal ya ofrece 600 CV, mientras que la versión Competition suma otros 25 CV. Sin duda, cifras que hacen palidecer a pesos tan pesados como el Porsche Cayenne Turbo de 550 CV o el Mercedes-AMG GLE 63 S con 585.

Lo cierto es que, aunque no deja de ser poderoso, el aspecto del BMW X5 M Competition que he probado no es tan desenfrenado como cabría esperar por sus datos de rendimiento. Es más bien un BMW X5 con alerones, estribos y ruedas más anchas. La verdadera diferencia se nota en el sonido del motor de ocho cilindros y 4.4 litros, que trompetea con fuerza a través de sus cuatro tubos de escape.

Y no son precisamente fuegos artificiales sin nada detrás: el X5 M Competition pesa más de dos toneladas, empuja como una auténtica bestia en cuanto tocas el pedal del gas y se mantiene en la trazada como si fuera un Caterham. Desde parado, puede alcanzar los 100 km/h en 3,9 segundos, por lo que rebaja la barrera mágica de los cuatro segundos y si pisas el pedal a fondo, puede alcanzar los 250... o 290 km/h si optas por el M Drivers Package. La aceleración te deja aturdido. Ir así de rápido en un SUV es una locura. Pero no importa a qué velocidad vayas, una patada y el toro salta hacia adelante increíblemente rápido.

Un gran trabajo en el chasis elude (casi) las leyes de la Física

Los botones rojos y los led del cambio distinguen a la versión Competition.
Los botones rojos y los led del cambio distinguen a la versión Competition.

El consumo oficial es de 12,8 litros, lo que suena bastante razonable a primera vista. Aunque en realidad, durante la prueba, el X5 M 2020 ha estado por encima de los 20 litros. Pero siendo sinceros, ¿a qué conductor de X5 M le puede importar? +Entusiasma mucho más ver cómo trabaja la excelente suspensión deportiva perfectamente bien afinada, más dura que la del BMW X5 normal, pero no mucho más incómoda, lo que es increíble. 

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La estabilidad está garantizada por los neumáticos de 21/22 pulgadas, que no solo se ven bien, sino que además aseguran una capacidad de frenada acorde con el resto de prestaciones. Este modelo M te permite configurar incluso el tacto de los frenos en Confort o Sport. Este último es algo más duro, pero en ambos casos es perfectamente dosificable y, bajo mi opinión, no condiciona la conducción ni para bien ni para mal.

Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la es dura, pero de una manera natural a diferencia de algún otro modelo que simplemente añade dureza, pero sin criterio.

A la hora de curvear, no puedes olvidar que tienes un centro de gravedad alto y un peso importante. Pero aun así se siente ligero y va sobre raíles si tú no pierdes el norte. Si llegara a ocurrir que te acercas demasiado al límite, la buena puesta a punto del chasis te avisará con antelación y te dará tiempo para prepararte. 

El precio es tan alto como el rendimiento

El acabado del interior es impecable.
El acabado del interior es impecable.

En el interior, las diferencias con los modelos X5 más 'normales' son bastante sutiles. Solo las animaciones del cuadro de mandos digital, la palanca del cambio y los dos botones rojos en el volante, que se pueden usar para controlar directamente los programas de conducción M-Sport. Esto también puedes hacerlo a través de la pantalla táctil del salpicadero: puedes escoger varios modos para motor, cambio, suspensión, dirección sonido y control de estabilidad. Ah, por cierto, si desactivas este último, podrás activar el modo 4WD Sport que hrá más énfasis aún en el envío de la fuerza al eje trasero.

Para el día día, se puede decir que no tendrás demasiados problemas para convivir con él: los asientos deportivos de cuero Merino están muy bien contorneados y son cómodos para los viajes largos, tienen calefacción y ventilación y también se pueden equipar opcionalmente con función de masaje.  En cuanto a las plazas traseras, quizá me gustaría que la banqueta tuviera la forma un poco más marcada.

Para terminar con la prueba del BMW X5 M Competition, llego a la parte más amarga: un BMW X5 M tiene un precio de 147.700 euros, lo que ya es doloroso. El X5 M Competition, aunque también está bien equipado con todo tipo de chucherías tecnológicas, como los frenos M Compound Brakes configurables, dirección Servotronic, diferencial M activo aparte de detalles como el interior en cuero Merino ampliado, se sitúa en un precio de 164.600 euros. Sin duda, es el precio de la exclusividad...  

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Etiquetas: SUV, SUV de lujo

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